miércoles, 18 de julio de 2012

El Glorioso

Arturo Perez-Reverte

No siempre fue una vergüenza



Como saben, me gusta recordar viejos episodios de nuestra Historia. Sobre todo si causan respeto por lo que algunos paisanos nuestros fueron capaces de hacer. O intentar. Situaciones con posible lectura paralela, de aplicación al tiempo en que vivimos. Les aseguro que es un ejercicio casi analgésico; sobre todo esos días funestos, cuando creo que la única solución serían toneladas de napalm seguidas por una repoblación de parejas mixtas compuestas, por ejemplo, de suecos y africanos. Sin embargo, cuando una de esas viejas historias viene a la memoria, concluyo que quizás no sea imprescindible el napalm. Siempre hubo aquí compatriotas capaces de hacer cosas que valen la pena, me digo. Y en alguna parte estarán todavía. Como estuvieron.

Era un navío de 70 cañones y tenía un bonito nombre: Glorioso. Lo mandaba el capitán don Pedro Mesía de la Cerda, y en 1747 traía de La Habana cuatro millones de pesos en monedas de plata. El 15 de julio, cerca de las Azores, el navío se topó con un convoy inglés escoltado por tres barcos de guerra que casi lo doblaban en número de cañones: el navío Warwick, la fragata Lark y un bergantín. En aquel tiempo, un navío de América era un bombón: solía llevar caudales a bordo, así que los ingleses le dieron caza. Manteniendo el barlovento con mucho arte, el Glorioso se batió toda la noche, tuvo un respiro al caer el viento durante el día, y volvió a pelear la noche siguiente: primero dejó fuera de combate a la fragata, que se hundió; y tras hora y media de combate con el Warwick en la oscuridad, sin otra luz que los fogonazos artilleros -los españoles dispararon 1.006 cañonazos y 4.400 cartuchos de fusil-, el navío inglés se retiró con el rabo entre las piernas. Que no siempre Britania, aunque lo venda con trompetas, parió leones.
Sin embargo, la odisea del Glorioso no había hecho más que empezar. Siguiendo rumbo a Finisterre, el 14 de agosto volvió a dar con una fuerza británica: el navío Oxford, la fragata Shoreham y la corbeta Falcon. Como en el caso anterior, los ingleses le fueron encima igual que lobos. Pero el comandante Mesía y su gente eran de esa casta de colegas que aprietan los dientes y venden caro el pellejo. Por segunda vez asomaron los cañones y batieron el cobre como los buenos: después de tres horas de arrimar candela, pese a haber perdido el bauprés, una verga y tener la popa hecha una piltrafa, el Glorioso continuó navegando hacia España mientras los ingleses se retiraban con graves daños.
Fondeó el navío en Corcubión, desembarcando los caudales, y volvió a la mar para reparar averías en Cádiz, pues vientos contrarios descartaban El Ferrol. Y el 17 de octubre, a la altura del cabo San Vicente, volvió a encontrarse con una fuerza enemiga. Esta vez eran cuatro fragatas corsarias con base en Lisboa y bajo el mando del comodoro Walker: King George, Prince Frederick, Princess Amelia y Duke, que sumaban 960 hombres y 120 cañones. Inmediatamente le dieron caza, aunque el español, resabiado, no reveló su nacionalidad -treta común del mar- hasta que la King George se acercó a preguntársela. Entonces Mesía izó pabellón de combate y le largó al rubio una andanada que le desmontó dos cañones y el palo mayor. Siguieron tres horas de carnicería muy bien sostenida por el Glorioso; pero al rato se unieron a la fiesta las otras fragatas y dos navíos de línea ingleses que navegaban cerca, el Darmouth y el Russell: seis barcos y 250 cañones contra los 70 del solitario español, maltrecho y corto de gente por los combates anteriores y la travesía del Atlántico. Aun así, el comandante Mesía y su tripulación, a quienes a esas alturas daban ya igual seis guiris que sesenta, se defendieron como gato panza arriba bajo un fuego horroroso durante dos días y una noche. Que se dice pronto. Aún tuvieron la satisfacción de acertar en una santabárbara y ver volar al Darmouth, que se fue a tomar por saco con 314 de sus 325 tripulantes. Y al fin, el 19 de octubre -33 muertos y 130 heridos a bordo, agotada la munición, el barco desarbolado, chorreando sangre por los imbornales, raso como un pontón y a punto de hundirse-, el comandante convocó a los oficiales que seguían vivos, los puso por testigos de que la tripulación había hecho lo imposible, y arrió la bandera.
De tal modo, fiel a su nombre, acabó viaje el navío español Glorioso. Había librado tres combates contra 12 barcos enemigos, de los que hizo volar uno y hundió otro; pero la hazaña final no corresponde sólo a quienes con tanta decencia lo defendieron, sino al navío mismo: remolcado a Lisboa por los vencedores para repararlo e izar en él su pabellón, los destrozos se revelaron tan graves que se negó a flotar y fue desguazado. Ningún inglés navegó jamás a bordo de ese barco.

martes, 17 de julio de 2012

Raina


Gracias Dios, por tu creación perfecta, de piel tan suave y pálida como la luz de la Luna, en la que cambian de lugar los huesos bajo su piel y se enredan para hundirse en las clavículas y erguirse a lo largo de las caderas. Gracias por el ritmo de sus movimientos cuando se acurruca y se estira. Por sus contornos, que como olas alrededor de las mantas chapotean.
Ella te pertenece.
Ella es perfecta.
Un templo en el cual el pelo, sobre su frente se derrama.
Abrazado a ella puedo oír la eternidad, espacios huecos y solitarios, corrientes que se agitan incesantemente. Y la nieve caída da la bienvenida a la nieve que cae con un "silencio" susurrado.



Blankets, Craig Thompson.

Pearl Jam. Nuestros Posters


Despues de 12 horas de autobus lo mejor que puedes hacer es arrancar posters de las paredes


Light Years


Por poco nos cuesta la vida pero merecio la pena



Severed Hand entrando a Lisboa cruzando el Tajo a todo lo que da la radio, esa ciudad, ese arroz y esas cervezas a euro y medio.


Londres tampoco es para tanto jeje tapas en el O2 congelador y conciertazo.



Ray Allen


Gollum guapisimo



Las aventuras de Huckleberry Finn


Nuestro tesorooooooo



La ciudad mas cutre del mundo el hotel mas guapo que vi jamas y 15000 borrachos buen rollo


De la Mike Gallery


Mini posters estafa estan chulos primero de Lisboa 2006 segundo ni idea



Tremendo


Las tres X


Tremendo conciertazo, tremenda ciudad, holandeses muy pero que muy simpaticos jeje.

Continuara

martes, 10 de julio de 2012

Dai satsujin (La Gran Masacre). Eiichi Kudo 1964


Segunda parte de la trilogia de La Revolucion De Los Samurais de Eiichi Kudo, una de las peliculas mas violentas que vi nunca, con un par de escenas durisimas, muy buena.























jueves, 5 de julio de 2012